viernes, 11 de noviembre de 2011

LAS MUJERES: LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Y AUTOCONCIENCIA SOBRE SÍ


Las mujeres hemos sido víctimas a lo largo de la historia del maltrato y los señalamientos de la sociedad a causa de los estereotipos (comportamientos, roles, modo de actuar, hasta modo de pensar) que diferencian al varón y a la mujer en la cultura patriarcal.

“Reconociendo” esa posición pormenorizada que nos han dado a las mujeres en muchos espacios, el Estado se ha responsabilizado de nuestra salud; por ende ha establecido políticas públicas cuyo objetivo pretende contribuir a mejorar o mantener este derecho fundamental de manera responsable, de calidad y que fomente el autocuidado y la libre toma de decisiones sobre nuestro cuerpo (aunque no siempre se dé de esta manera). El Estado debe garantizar intervenciones de promoción y prevención, protección y recuperación de la salud (Política Salud para las mujeres, mujeres para la salud, promovida en Colombia por el Ministerio de Salud en 1992). Dentro de estas políticas se debe incluir el aborto legal (aunque se señale todavía, gracias a las marcas que deja la cultura patriarcal y machista en la que vivimos, a quienes abogamos por este derecho) al que podemos apelar las mujeres en tres instancias:


REQUISITO
CASO
1.    Certificado de un médico/a, incluyendo psicólogos/as
Cuando el embarazo constituya peligro para la salud (bienestar físico y/o mental) o la vida de la mujer
2.    Certificado de un médico/a
Cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida.
3.    Copia de la denuncia
Cuando el embarazo sea el resultado de una conducta debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento (violación), abusivo, o de inseminación artificial o de transferencia de óvulo fecundado no consentida, o de incesto.

Ahora bien, además de las políticas públicas está la autoconciencia que si bien se puede fomentar de alguna manera desde las instituciones de salud, esa disposición debe partir de nosotras mismas, reconocernos como sujetas con capacidades de decisión e intervención. Es aquí en donde debemos dejar a un lado los estereotipos que la sociedad nos impone y con los que nos marca por el ser mujeres; debemos dejar de pensarnos como “un ser para otros/as” pues ¡somos mujeres para nosotras mismas! Algunas de estas prácticas de autocuidado son: auto examen de seno, mirar que nuestro cuerpo en general funcione bien, hacer la citología anualmente, protegerme contra cualquier enfermedad de transmisión sexual, entre otras.

Tomando conciencia de la importancia que tiene nuestro cuerpo, ya sea propiciada esta iniciativa por nosotras como sujetas o con ayuda de otras mujeres, organizaciones, colectivos e instituciones, entendemos que todas somos diferentes en cuanto a contextos, historias, maneras de pensar y de actuar; por ello cada una de nosotras tiene un ritmo y un proceso de apropiación de ciertas realidades, que se gestan y expresan.

Es necesario comprender que a pesar de las diferentes realidades la conciencia del autocuidado, esta potencia sentimientos de amor, confianza, defensa, autoestima, relación con otras/os, empoderamiento. Esto nos lleva a comprender que las mujeres somos libres de decidir sobre nuestro cuerpo y nuestras mentes, de gozar nuestra sexualidad, sin que nadie nos juzgue y señale, cada una desde su subjetividad. Nadie te puede obligar a nada porque ¡Tú decides!

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