miércoles, 18 de enero de 2012

Calidad de la educación, un arma de doble filo

Los organismos del gobierno no se cansan de hablar de la mala “calidad” de educación,  basándose en las pruebas nacionales e internacionales que se aplican a los estudiantes en las diferentes instituciones educativas (TIMS, PISA; pruebas SABER, pruebas SABERPRO). En este caso la “calidad”  se consolida con el surgimiento de las manejos  neoliberales de una política de estado macroeconómica, la cual ve la educación como un servicio, no como un derecho.
Ahora bien,  ya sabiendo que los países industrializados tienen ciertos intereses en América Latina, mostraremos a continuación las herramientas que utilizan para controlar la educación, que se encuentran en el llamado consenso de Washington (solo se abordaran 3, de las 10 herramientas):
  1.  El recorte al gasto público: esto provoca el sometimiento del dinero a los criterios del ministerio de hacienda y educación. Si el gobierno es quien determina el dinero de la universidad, será este quien llevara a cabo condiciones como los regímenes disciplinarios, creando así una política de control y vigilancia. En pocas palabras tendría como consecuencia la estandarización de la educación
  2.   La privatización: para que la educación (en este caso, la educación superior) entre en una crisis económica, y se vea obligada a realizar alianzas con entidades privadas, o peor aún sea privatizada con el objetivo de obtener dividendos, lo cual corresponde a las necesidades del mercado
  3. La desregularización: Se refiere a la generación de normas y reglamentos de calidad, para que la universidad sea “mejor” y más “productiva” en el marco de mejores bienes y servicios.
La educación es el mecanismo clave para el control social, las reformas educativas quieren vendernos el paquete completo de calidad, eficacia y mejoramiento, para poder responder a las demandas del mercado. Eso explica el constante desprestigio de la educación por parte del gobierno, para tener una excusa de alterarla, cambiarla y transformarla respondiendo así a los países de primer mundo.

Debemos considerar la educación como una forma de expresión de la cultura, de diversidad, identidad cultural, socialización de los problemas y necesidades ancestrales. Así la universidad se transforma en un espacio social donde su función es construir conocimiento que permita comprender los problemas y necesidades de los contextos culturales (región pacifica, Caribe, andina, amazónica, llanera e insular).

Por eso exigimos una educación laica, no racista, no sexista  y no clasista, incluyente pero sobre todo como un derecho al cual todxs debemos acceder.

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